Crónicas mosconas 4
¿Dónde está Grado?
Gustavo Adolfo Fernández
Hace unos días atendí la visita de un grupo al Museo Etnográfico y me sorprendió que uno de estos visitantes, a pesar de ser asturiano, me confesara que era la primera vez que venía a Grado y que casi ni sabía dónde estaba. Se dice que nuestro concejo es “la puerta al suroccidente asturiano”, y antiguamente que era la “huerta de Oviedo”. Cuando fui corresponsal de La Nueva España, allá por 1996, los artículos sobre Grado aparecían en el suplemento “Occidente Semanal”. Pero cuando se construyó el tramo de la autovía A-64 que une la capital de Asturias con la villa moscona, los artículos de Grado comenzaron a publicarse en el “Oviedo y centro”. Hoy, la edición del periódico que se distribuye en el concejo es la del centro, pero en el vecino Salas ya se lee la de occidente. Si preguntásemos dónde está Grao, con la coloquial terminación en o, podríamos contestar que entre los oficiales Grado en castellano y Grau en asturiano. Por cierto, los moscones ya hablamos el bable occidental, al contrario que al otro lado del Nalón o en el vecino Trubia, quizá por ello no se publique este artículo allí. En fin, que también yo me sigo preguntando ¿dónde está Grado?
(Publicado en La Nueva España el 28-10-2015)
Blog de Gustavo Adolfo Fernández Fernández, Cronista Oficial del concejo de Grado / Grau (Asturias), que reúne sus artículos de opinión publicados en prensa y otros escritos sobre el concejo moscón.
lunes, 2 de noviembre de 2015
Barreña, las cosas por su nombre
Crónicas mosconas 3
Barreña, las cosas por su nombre
Gustavo Adolfo Fernández
No entiendo porqué algunos restaurantes moscones se empeñan en escribir en sus cartas de postres cuajada o requesón cuando en Grau siempre se ha llamado barreña. Además es que no es lo mismo, su sabor y textura cremosa poco tienen que ver. Este postre a base de queso de afuega´l pitu fresco y sin sal, azúcar y leche, se llama así, barreña, por el molde de barro (o barreñu) en el que se hacía antiguamente el queso. También creo que cambiarle el nombre es un error comercial, sobre todo ahora que cada vez son más los turistas y peregrinos que llegan a Grau ávidos de probar cosas autóctonas y típicas. La barreña es, al mismo tiempo, un placer celestial y un pecado por vicio que puedes disfrutar comiéndola sola o combinada con fresas u otras frutas, miel y nueces, melocotón en almíbar, frutos secos, tocinillo de cielo, mermelada o incluso caramelo, chocolate o turrón de Jijona en navidad… con lo que quieras, pero eso sí, no la confundas ni la llames requesón, ni cuajada, ni petit suisse, ni quark, ni yogurt griego… llámala por su nombre: barreña.
(Publicado en la Nueva España el 21-10-2015)
Barreña, las cosas por su nombre
Gustavo Adolfo Fernández
No entiendo porqué algunos restaurantes moscones se empeñan en escribir en sus cartas de postres cuajada o requesón cuando en Grau siempre se ha llamado barreña. Además es que no es lo mismo, su sabor y textura cremosa poco tienen que ver. Este postre a base de queso de afuega´l pitu fresco y sin sal, azúcar y leche, se llama así, barreña, por el molde de barro (o barreñu) en el que se hacía antiguamente el queso. También creo que cambiarle el nombre es un error comercial, sobre todo ahora que cada vez son más los turistas y peregrinos que llegan a Grau ávidos de probar cosas autóctonas y típicas. La barreña es, al mismo tiempo, un placer celestial y un pecado por vicio que puedes disfrutar comiéndola sola o combinada con fresas u otras frutas, miel y nueces, melocotón en almíbar, frutos secos, tocinillo de cielo, mermelada o incluso caramelo, chocolate o turrón de Jijona en navidad… con lo que quieras, pero eso sí, no la confundas ni la llames requesón, ni cuajada, ni petit suisse, ni quark, ni yogurt griego… llámala por su nombre: barreña.
(Publicado en la Nueva España el 21-10-2015)
miércoles, 14 de octubre de 2015
Paso de peatones fantasma
Crónicas mosconas 2
Paso de peatones fantasma
Paso de peatones fantasma
Gustavo Adolfo Fernández
Quizá por alguna contagiosa enfermedad de los sentidos o por una variante de daltonismo colectivo, algunos peatones moscones quieren ver un paso de cebra donde no lo hay. Este “paso de peatones fantasma” se supone que está en la calle que sube al antiguo mercado de ganados, recientemente bautizada como Calle Maestra Benicia, al borde mismo de la N-634 a su paso por la villa. Pues bien, la gente se empeña en cruzar sin mirar la carretera en este lugar que une el Parque de Arriba con la acera que hay frente a la casona de El Capitolio. Lo hacen quizá porque vienen de pasear por el parque y piensan que continúan en una zona peatonal. Esos temerarios viandantes no son conscientes del peligro que generan cuando un vehículo que gira desde la general se topa de bruces con ellos y debe elegir entre atropellarlos o frenar y que otro coche le embista por detrás. Algunas veces, aunque no te topes con peatones, lo haces con vehículos parados en medio de esta calle; será también un “carga y descarga fantasma”.
(Publicado en La Nueva España el 14/10/2015)
Casita versus el del paraguas
Crónicas mosconas 1
Casita versus el del paraguas
Casita versus el del paraguas
Gustavo Adolfo Fernández
Fernando Lorenzo, genio y figura, es conocido en su Grado natal como Fernando Casita, el cognomen o apodo de su familia. Sin embargo, en Oviedo es Fernando “el del Paraguas”, por el mítico pub del casco antiguo que regentó más de dos décadas. Lorenzo ha sido “Casita” durante los últimos años, en los que ha residido en la localidad moscona de Somines. Durante este tiempo ha sido un habitual de la vida social y cultural de la villa. Pero, desde hace unos días, Fernando vuelve a ser “el del Paraguas” al trasladarse (más por necesidad que por deseo) a una residencia para mayores de Oviedo. Los moscones no hemos podido o no hemos sabido retener a Casita y, con ello, varios proyectos quedan pendientes, que no olvidados. Fernando, quizá ahora puedas culminar tu ansiado libro; también espero que disfrutes de los amigos y de tu querido Oviedo, que pasees por sus calles bajo la lluvia protegido por tu paraguas. Pero, cuando puedas y cuando quieras, te pido que vengas a visitarnos a Grado, a tu casita.
(Publicado en La Nueva España el 07/10/2015)
Retomamos la actividad
Tras muuuuuuuuucho tiempo sin actualizar este blog, regresamos. Desde el pasado miércoles 7 de octubre de 2015 publico de nuevo una columna semanal, "Crónicas mosconas", en el periódico La Nueva España. Iré colgando aquí este artículo semanal que podéis leer en papel todos los miércoles en el mencionado diario.
viernes, 9 de abril de 2010
Presentación en Xixón
Artículo publicado en la edición de Gijón de La Nueva España el jueves 8 de abril de 2010 con motivo de la presentación del libro en El Ateneo de La Calzada:
Gustavo Adolfo Fernández: «No hay una política de puesta en valor del hórreo»
L.N.E. - El historiador presenta hoy en el Ateneo de La Calzada su libro «Patrimonio olvidado»
Gijón, J. L. A.
No culpa a la Administración, sólo a una cierta desidia social a la que prefiere no poner nombres y apellidos. Pero para Gustavo Adolfo Fernández Fernández (1971), historiador, especialista en archivística y bliotecomanía, además de bibliotecario de Grado, es evidente que «no hay una política de puesta en valor del hórreo», una de las manifestaciones de arquitectura popular más singulares de Europa e icono de Asturias.
A este estudioso no le falta conocimiento de causa para opinar de un asunto sobre el que ha reflexionado y al que ha dedicado su libro «Patrimonio olvidado», en el que estudia los hórreos y paneras de su concejo natal, Grado, y que hoy presenta en el Ateneo de la Calzada a las ocho de la tarde. El acto está organizado por la asociación cultural Moscones en Xixón. Además de la intervención de Gustavo Adolfo Fernández, miembro del Círculo de Estudios Pramenses, también está prevista la presentación de un documental sobre la cueva de Vega de Anzo, caverna objeto de deseo de los espeleólogos tras unas primeras investigaciones que apuntan a la existencia de una gran variedad de estalactitas y estalagmitas.
«El título de mi libro alude a esa situación de olvido de un patrimonio muy valioso; en Rubiano, por ejemplo, ha caído un hórreo del siglo XVI», explica Gustavo Adolfo Fernández, para quien la Administración «se asusta» casi siempre debido a que hórreos y paneras son, en la mayoría de los casos, de propiedad privada. «Patrimonio olvidado» aparece bajo el sello Ediciones La Cruz de Grado, que dirige César Santiago. En el volumen se estudian setenta hórreos y paneras, aquellos que el autor considera más valiosos por su antigüedad (los hay del siglo XVI) o por sus valores artísticos y etnográficos.
Gustavo Adolfo Fernández ha recurrido a una amplia documentación, incluidos testimonios medievales, para tratar de ofrecer con la mayor precisión posible las referencias históricas y artísticas de un conjunto patrimonial que tiene las características propias de los hórreos y paneras de la zona central de Asturias. El historiador recuerda cómo la villa de Grado fue deshaciéndose de sus hórreos para dejar espacio a su famoso mercado hortofrutícola o relata la singularidad de la panera del Palacio, en Santianes. El volumen, subvencionado por la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Grado, incluye 300 fotografías en color muy útiles para apreciar los hórreos pintados.
domingo, 21 de marzo de 2010
Entrevista en Les Noticies

En el periódico en asturiano Les Noticies del 7 de febrero de 2010, Miguel Barrero me hace una entrevista a página completa (concretamente la página 15 de la sección Cultura) con motivo de la publicación de mi libro “Patrimonio Olvidado”. Adjunto una imagen de la entrevista publicada en asturiano y transcribo a continuación la versión en castellano que les adjunté. Gracias a Miguel y a Les Noticies por hacerse eco de la publicación de este estudio de los hórreos moscones.
-¿Cómo decidió ponerse a investigar e inventariar, los hórreos y paneras de Grau? ¿En qué momento decidió recopilar todo este material en un libro?
Mi primera aproximación al estudio de los hórreos data del año 1997 cuando realicé un inventario del patrimonio histórico-artístico de los Concejos del Camín Real de la Mesa. Fue entonces cuando surgió mi fascinación por los hórreos y, aunque luego mi vida profesional se ha centrado en el ámbito de las bibliotecas y la gestión cultural, he continuado interesándome por estos graneros, centrándome en el estudio de los ejemplares conservados en el concejo de Grau y participando en algunas conferencias.
Este libro tiene su origen directo en un inventario de los hórreos y paneras de interés que realicé durante el año 2006 para el Museo Etnográfico de Grau, tengo que agradecer a la Concejala de Cultura, María Victoria Fernández, el interés que mostró en todo momento por publicar este trabajo, que cuenta también con una subvención de la Consejería de Cultura y Turismo del Principáu.
-¿Siguen siendo los hórreos uno de los elementos peor conocidos del patrimonio cultural asturiano?
Una de las cosas que más me sorprendió durante mi trabajo de campo por todas las parroquias y núcleos de población de Grau fue el desconocimiento en general y la escasa valoración que otorgamos a nuestros hórreos. Al preguntar a los propietarios de cada localidad he comprobado que algunos no son capaces de decirme si su propio granero tiene alguna decoración o fecha, y en ocasiones ni tan siquiera distinguen bien entre un hórreo y una panera. Aunque también me encontré con el caso contrario, con paisanos que sabían muchísimo de hórreos.
-¿Qué particularidades tienen los hórreos de Grau?
En Grau se conservan aún un buen número de hórreos del siglo XVI con decoración pintada del denominado Estilo Villaviciosa. Es típico de este estilo la repetición de pequeños triángulos que forman series, aspas o semicírculos; también aparecen series de zig-zags, ajedrezados o flores tetrapétalas, todo ello en colores negros, blancos, ocres o rojos. Ocasionalmente aparecen animales como caballos, aves, perros, serpientes o figuras antropomórficas.
En las paneras también es típica de Grau la cruz de ocho brazos rematados con semicírculos y cuartos de círculos en las esquinas. Con un claro simbolismo astral, esta cruz cuadrada, puede venir acompañada de otras tallas de tipo solar o cruces. Según los especialistas, este motivo no es muy corriente en los hórreos y paneras asturianos, pero en nuestro concejo si tenemos abundantes ejemplos.
-¿De qué manera estructuró el libro?
El libro está concebido para una lectura gradual, comienza desde cero, hablando de las características generales de los hórreos de Grau, explicando el nombre de sus partes, su decoración, recogiendo documentación histórica donde aparecen mencionados hórreos moscones, incluyendo algunas propuestas de actuación y, entre otros, un apartado específico sobre los hórreos de la villa. Todo ello con un lenguaje sencillo que entienda todo el mundo. El libro incluye también más de 300 fotografías a color y una última parte donde se analizan más detalladamente una selección de los 70 hórreos y paneras más destacables del concejo.
-En el prólogo del libro habla del abandono en el que las instituciones tienen a los hórreos. ¿A qué cree que se debe esta dejadez y cómo podría subsanarse? Y, siguiendo en esta misma línea, ¿cuál es la situación actual del hórreo como elemento patrimonial dentro de Asturies? ¿Hay una conciencia clara de su valor o por el contrario hay que aumentar su cuidado?
Es muy cómodo echarle la culpa a las administraciones o a los políticos, cuando somos los ciudadanos, la sociedad asturiana en general la que tendría que reivindicar y exigir medidas y en favor de los hórreos. A veces creo que el problema de los hórreos asturianos es que aún se conservan relativamente muchos ejemplares y por eso no le prestamos la atención que se merece. La administración regional no puede escudarse en cifras alegando que se han gastado tantos euros en subvenciones para la restauración de hórreos. Es increíble que no se haya propiciado un censo y un estudio global para toda Asturias. Una vez sepamos lo que tenemos llegaría la difusión y puesta en valor. Mientras se siga permitiendo que caigan y desaparezcan hórreos del siglo XVI con decoración pintada o tallada, es que algo no funciona.
-En lineas generales, ¿siguen estando mal valorados los elementos que definen la identidad propia?
Cuando bautizaba este libro como “Patrimonio olvidado” pensaba que ese nombre podría aplicarse a otros muchos ámbitos del patrimonio y la cultura asturiana. Si pasa con el hórreo, que es uno de uno de los símbolos más representativos de Asturies y uno de los fenómenos de arte popular más importantes de Europa, es normal que suceda con todo lo demás.
-¿Estudia ahora mismo otros elementos etnográficos del concejo? ¿O tiene pensado llevar sus investigaciones sobre hórreos más allá de Grau?
Tenemos algún proyecto por ahí. Desde hace unos tres años hemos formado en Grau un colectivo ciudadano, denominado Círculo de Estudios Pramarenses, que trabaja en la recuperación y puesta en valor del patrimonio y la historia de Grau. Organizamos, en colaboración con el Ayuntamiento, unas Jornadas anuales de Estudios Locales, hacemos trabajo de campo individual y colectivo, y este mismo año publicamos el primer número de una revista de historia, etnografía y temas locales.
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