La Mosquitera
Gustavo Adolfo Fernández
Faltan pocos días para un nuevo derbi entre el Oviedo y el Sporting. Yo soy seguidor del equipo de la capital del Principado, pero en una sola ocasión he visto el derbi en el campo y dudo que vuelva a repetir la experiencia.
En la temporada 1988-89 yo no había cumplido aún los 18 años
y los dos equipos asturianos estaban en Primera División. En la jornada 37 tocaba
enfrentamiento en el campo del Molinón de Gijón y para allí me fui con Rafa, un amigo unos meses mayor que ya tenía carné
de conducir y una cirila con una orgullosa pegatina del Real Oviedo.
Una vez en el campo nos fuimos a la zona donde estaban los
aficionados carbayones y sacamos al viento nuestras bufandas azules. Poco
recuerdo del partido, salvo que empatamos a cero goles y que el portero del
Sporting era el moscón Pedro Rodríguez Alfaro. Faltando pocos minutos para
acabar el encuentro decidimos marcharnos para evitar follones, pero salir solos
fue un tremendo error, a la puerta esperaban ya unos cuantos energúmenos que
nos rodearon y empezaron a pegarnos. A mí, me arrinconaron contra el muro del
estadio, me arrancaron la bufanda y uno de los golpes me partió el labio. Recuerdo
a Rafa tirando de mi brazo y gritándome que corriera. Así lo hicimos y pudimos
finalmente zafarnos de nuestros agresores.
Tan nerviosos nos pusimos que nos perdimos con el coche.
Estábamos parados en un semáforo, cuando delante de nosotros comenzó a cruzar
el paso de peatones el matón que me había partido el labio. Rafa y yo nos
miramos un segundo, no había nadie más en aquella callejuela secundaria, podíamos
haber salido a vengarnos o acelerar para atropellar a aquel imbécil, pero
alguno de los dos dijo “pasamos”. Él también
nos reconoció y siguió cruzando la calle nerviosísimo. Nada le hicimos ni le
dijimos, cuando el semáforo se puso en verde seguimos nuestro camino.
Querido agresor, ya que “no
moriste atropellado” en aquel paso de peatones, espero que hoy, 30 años
después, puedas disfrutar del derbi sin agredir ni insultar a nadie. Que gane
el mejor, y que el mejor sea el Oviedo.
(Publicado en La Voz del Cubia nº 26 de febrero de 2018)
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