La Mosquitera
Artista versus divo
Gustavo Adolfo Fernández
Hay mucho engreído por el mundo, mucho ego demasiado hinchado a punto de estallar. También en el ámbito de la cultura y el arte hay mucho divo pagado de sí mismo. Por eso admiro tanto a ese otro tipo de artistas como Favila, que es un extraordinario y reconocido pintor y escultor pero al mismo tiempo una persona sencilla, prudente y, hasta me atrevería a decir, humilde. Amado González Hevia, “Favila”, colabora en multitud de proyectos altruistas. En Grado acaba de realizar junto a Carmen Peláez y Juan de la Fuente el ya famoso trampantojo frente a la Casa de Cultura, es uno de los promotores del colectivo ArtGrao que organiza la Bienal de Pintores Moscones, las clases gratuitas de pintura al aire libre en verano y tienen en proyecto murales de arte en la calle o un concurso de pintura rápida de rincones de la villa. Pero además, Favila lleva años colaborando con colectivos locales diseñando carteles, haciendo de jurado, donando cuadros… Bien pensado, Favila es quizá demasiado generoso; siempre he dicho que igual que pagamos por sus servicios a los fontaneros, electricistas o albañiles, también los intelectuales y artistas deben cobrar por su trabajo, ya sea impartir una conferencia o diseñar un cartel. Pero ya sabemos que en esta sociedad el trabajo intelectual no está valorado. Cosa muy distinta son los divos que mencionaba al comienzo de mi artículo. Cada vez aguanto peor a los pedantes, a esos reyes del mambo que actúan como si todo el mundo les debiera pleitesía, como si sólo ellos fueran verdaderos artistas y el resto unos farsantes sin talento. Por eso quiero darle las gracias públicamente a Favila, por ser un gran artista, por colaborar siempre con su patria chica, pero sobre todo por ser buena persona.
(Publicado en La Voz del Cubia nº 23 de noviembre de 2017)
Blog de Gustavo Adolfo Fernández Fernández, Cronista Oficial del concejo de Grado / Grau (Asturias), que reúne sus artículos de opinión publicados en prensa y otros escritos sobre el concejo moscón.
miércoles, 26 de septiembre de 2018
domingo, 16 de septiembre de 2018
Aclaración a un texto mío publicado sin permiso y mutilado
Lamento tener que emplear este blog para algo desagradable. He tenido
que enviar el siguiente comentario a la web gradonoticias.com porque han
publicado sin mi permiso, mutilado y
plagado de errores y faltas de ortografía lo que se supone que fue mi discurso
como Cronista Oficial durante la inauguración de la plaza dedicada al doctor D.
Francisco Crego.
Este es el texto que envié a esa web:
Me avisan que aparece parte de mi discurso reproducido en este blog-web
(o lo que sea) y tengo que aclarar varias cosas:
1º/ El texto reproducido no es el que yo leí esta mañana en la
inauguración de la plaza de Crego. Está incompleto, plagado de faltas de
ortografía y omisiones que lo hacen casi ilegible. Y desde luego yo no lo
redacté así.
2º/ Yo no le facilité el discurso a nadie, ni se me ha pedido permiso
para transcribirlo (insisto que aparece plagado de erratas, faltas de
ortografía y mutilado en parte).
3º/ Si Javier Alonso me hubiera pedido el discurso, aunque está
redactado para ser leído y no publicado, se lo hubiese facilitado sin ningún
problema, PERO TENGO QUE PEDIRLE QUE RETIRE DE INMEDIATO DE SU WEB ESE TEXTO
QUE SE ATRIBUYE ERRÓNEAMENTE A MÍ.
4º/ Ese texto yo no lo he escrito así ni mucho menos (con faltas de
ortografía, erratas, faltan párrafos enteros...). Lamento la falta de
rigor, la negligencia y/o la mala fe de atribuirme a mí este texto que daña mi
reputación.
Colgaré el texto verdadero en mi blog "Crónicas Mosconas"
ahora mismo aunque, insisto, era un texto pensado y redactado para ser leído y
no publicado.
Reproduzco ahora el texto íntegro que había redactado sólo para ser
leído en mi discurso, un texto sencillo y que no estaba pensado para ser
publicado y que sólo lo hago para aclarar y marcar diferencias con lo publicado
en la mencionada web:
Plácido Rodríguez, Concejal de Cultura (gracias por invitarme a
participar en este acto). Alcalde, concejales, autoridades.
Hijas de Don Francisco Crego, Ana y Teresa (mis dentistas)…
Familiares… amigos y vecinos de Grau
“Los nombres permanecen. Los nombres quedan” así decía Fernando Beltrán
en su libro titulado, precisamente, “El nombre de las cosas”.
Nombrar, bautizar, poner nombre a una calle o a una plaza no es, o no
debería ser sencillo… Porque, repito, “Los nombres permanecen…los nombres
quedan”. Y yo añado que dicen mucho de nosotros… ahora, en el presente… y
también en el futuro, cuando nuevas generaciones de moscones se fijen en estas
placas y en esos nombres, y se pregunten a quién o a qué hacen referencia.
La toponimia de una localidad, de un lugar, nos cuenta mucho de la
historia, de la idiosincrasia, de la singularidad de una comunidad. También nos
habla de la sensibilidad y buen criterio de los promotores de esas
denominaciones y de las autoridades que las aprueban.
Son personas relevantes, colectivos, incluso acontecimientos, hechos o
recuerdos históricos los que dan nombre a las calles o plazas de Grao y de
otras localidades… Nombres que permanecen como testigo, como homenaje, gratitud
y recuerdo de toda la comunidad.
Hoy, con todo merecimiento, inauguramos la plaza dedicada al médico Don
Francisco Crego Marcos. Hoy Grado honra la memoria de una persona muy querida y
respetada, hijo Adoptivo del Concejo de Grado y Moscón de Oro Local. Pero hoy,
Grado, esta colectividad, se hace un gran regalo a sí misma, añadiendo a su
toponimia, a su historia, a su memoria colectiva como pueblo a nuestro añorado
médico.
Don Francisco Crego Marcos, nació en 1933 en Salamanca, donde estudió
la carrera de Medicina, que fue para él su profesión, su vocación y su vida.
Don Francisco llegó a Grado en 1960 para convertirse en médico del
concejo durante más de 50 años. Cuando aquel joven doctor llega a Grado, recién
iniciada la década de los años 60, la asistencia médica como prestación pública
no estaba generalizada. El "seguro", como se decía en la época, no
alcanzaba a todos, lo tenían los obreros, pero no otros vecinos del concejo, como campesinos,
comerciantes o industriales, que tardarían aún casi dos décadas en obtenerlo.
Por aquel entonces, la mayor parte de la población de nuestro concejo
vivía en aldeas muy diseminadas en el territorio y a las que costaba llegar a
través de unas carreteras (o simples caminos) casi siempre en malas
condiciones.
Poco le importaban a Francisco Crego —"Don Francisco" para
todos los moscones— las desfavorables condiciones y escasos medios con los que
tuvo que trabajar durante sus primeros años de estancia en el concejo. Durante
décadas atendió a los que tenían seguro y a los que no, a los que podían pagar
y a los que no, y anduvo de noche y de día por todos los pueblos y casas donde
se le reclamaba. Siempre con su maletín bajo el brazo o colgado de la mano, de
aquí para allá de forma incansable sin tener en cuenta si era sábado, domingo o
festivo. En su casa siempre se atendía el teléfono y las urgencias, llamar a
"Don Francisco" siempre fue garantía de hallar una respuesta.
Por sus manos expertas han pasado generaciones y generaciones de
moscones que han tenido una fe ciega en su médico, un prestigio ganado a pulso
por sus cualidades profesionales y humanas. Y por supuesto, yo no hablo de
oídas, mi propio padre, Emilio, jamás quiso acudir a otro doctor, ni siquiera a
especialistas, que no fuera Crego.
Es curioso de lo que uno se acuerda, yo recuerdo entrar en el despacho,
en la consulta particular del doctor Crego, y ver en una estantería una
reedición completa de las novelas del coyote que yo mismo estaba leyendo por
aquel entonces, a mediados de los años 80. Lo cierto es que me sorprendió y me
agradó enormemente que una persona que yo admiraba fuera aficionada también a
aquellas novelas de vaqueros. Lamento no haber hablado nunca con él de este
tema.
"Don Francisco", representa la figura de ese médico rural de
abnegada dedicación, un médico que nunca quiso dejar Grado, pese a que tuvo oportunidades
para ello. Y que tampoco dejó nunca de ejercer su amada profesión.
Poner el nombre de Don Francisco Crego Marcos a esta plaza en concreto
es además un acierto y tiene pleno sentido pues es la plaza, el lugar de paso y
de acceso al centro de salud de Grau.
“El nombre de Francisco Crego permanecerá… el nombre de nuestro añorado
médico quedará para siempre ligado a nuestra villa, a nuestro concejo” porque
es justo, porque de bien nacidos es ser agradecidos. En definitiva, porque esta
plaza tiene el nombre que se merece… y Don Francisco Crego un lugar en la
historia de Grado.
Muchas gracias
martes, 11 de septiembre de 2018
¡Efrén, te odio!
¡Efrén, te odio!
Epílogo al libro "Poemas para Margot" de Efrén Cañedo (Suburbia, 2015)
Ya sé que
nunca se es demasiado joven para escribir, ya sé que la escritora Flannery
O´Connor dijo que “cualquiera que haya
vivido hasta los dieciocho años tiene suficientes historias para toda una vida”…
pero cada vez que leo un poema de Efrén Cañedo, escucho una de sus canciones,
cuando viene a verme a la Casa de Cultura con un nuevo proyecto o simplemente
le veo pasear con su perro, no puedo evitar odiarle un poco. Odiarle por su
juventud y precocidad (¿cómo pudo escribir su primer libro “Poemas de ciertos días” con sólo 18 años?), aborrecerle por su
talento, por su valentía, porque es emprendedor y atrevido.
Se ha dicho
que las novelas son el equivalente literario de una sinfonía y los cuentos de
las canciones. Por eso, los poemas de Cañedo son sin duda un rap, porque antes
de un Efrén poeta hubo un Efri rapero. En los mejores raps, en las buenas
canciones en general, cada palabra cuenta, se da una precisión y una economía
que nos recuerda a la poesía y que también nos emociona por igual. Por eso
también te detesto Efrén, porque me emocionas.
Para escribir
cualquier obra de ficción no basta con tener una buena idea, lo complicado es
plasmarla sobre el papel en blanco, dedicar el tiempo y el esfuerzo suficiente
para que varios borradores den como fruto un poema. Hace falta también dominar
el oficio, tener talento y experiencia. Mi pregunta es ¿de dónde ha sacado este
repelente chico esta experiencia, este bagaje, este aplomo, este oficio? Efrén
escribe sobre aquello que despierta su interés y con ello nos contagia a
nosotros, sus lectores.
Hablando de
lectores, algunas personas escriben sin parar pero no sienten la necesidad de
mostrárselo a nadie y disfrutan de la escritura siendo inéditos. Pero Efrén siempre
ha tenido claro que quería ser leído y escuchado, ver editados sus textos y sus
canciones. Pues resulta que en este
ámbito, el de la edición, nuestro odioso amigo ha demostrado también que sabe
desenvolverse con soltura y mueve Roma con Santiago hasta llevar su proyecto a
buen puerto.
“Poemas para Margot” antes que libro fue una exposición que
Efrén y el Foro
de Creación y Lectura de la Biblioteca organizaron en Grado y que luego se
exhibió en otras localidades asturianas. Fue y es un proyecto muy atractivo pues
aúna los poemas de Efrén con ilustraciones inspiradas por estos textos que son obra
de distintos pintores e ilustradores vinculados con el concejo de Grado. Aquí
colaboran altruistamente varios artistas de distintos ámbitos artísticos, o
sea, la quinta esencia de lo que quiere ser el Foro de Creación y Lectura.
Confieso que también tengo unos celos terribles por la capacidad de Efrén de
aglutinar e implicar a tanta gente, a todos estos artistas, en su proyecto.
En fin, Efrén,
creo que ya te he explicado suficientemente por qué te odio, aunque ya sabes
que, en el fondo, el odio y el amor son dos caras de la misma moneda.
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