75 años de la Hermandad
La Mosquitera
Gustavo Adolfo Fernández
Seguimos con la resaca y el buen regusto
que nos ha dejado Santiago y Santa Ana, las fiestas estivales que podemos
disfrutar en Grado gracias al gran trabajo que llevan a cabo la Hermandad y el Ayuntamiento,
con la colaboración de otros colectivos y particulares. Pero el verano de la
villa moscona no siempre fue tan folixeru y antiguamente sólo se festejaba San
Antonio en junio.
La feria de Santiago se celebraba originariamente
en la desaparecida ermita de San Juan de Villapañada, hasta que se traslada a
la villa a mediados del siglo XIX. Siempre se ha mencionado también la
aportación económica a las fiestas de los indianos que regresaban en verano. El
propio origen de Santa Ana se vincula a uno de estos emigrantes, Benigno
González Longoria, que casi naufraga durante un viaje en barco de regreso a
Asturias desde Cuba. Don Benigno ofreció a Santa Ana que si se salvaba haría en
Grado un novenario en su honor y una comida para los necesitados del concejo, y
cumplió su promesa que se convirtió en una tradición que se repetía cada año.
Con el paso del tiempo, aquel evento se convirtió
en una romería en un prado (la Güelga) de las proximidades de la villa. En los
años 30 y 40 del siglo XX era una Comisión Municipal la que organizaba los
festejos en los que, además de romerías y verbenas, no faltaban otras
actividades como carreras ciclistas, campeonatos de pelota en el frontón, bolo
batiente, fuegos artificiales o una feria de ganado.
En 1943 se crea la Hermandad de Santiago y Santa Ana, como curiosidad podéis
leer su reglamento fundacional que se reproduce en el porfolio de las fiestas de
1991. Su primer presidente fue Telesforo Palacios, un praviano fallecido
prematuramente a los 50 años, pero que fue un personaje muy interesante que
estuvo también vinculado a la creación de la romería del Xiringüelu. Toni
Barbón cuenta que Telesforo jugó al fútbol en Grado y que fue el “primer
profesional” pues le pagaban un bocadillo y el viaje cada día de partido.
Sirvan estas líneas de humilde homenaje y gratitud a todas las juntas
directivas de la Hermandad que durante 75 años han trabajado para que los demás
moscones disfrutemos de las fiestas.
(Publicado en La Voz del Cubia nº 32 de agosto de 2018)