lunes, 1 de octubre de 2018

Fosfenos

Fosfenos
La Mosquitera
Gustavo Adolfo Fernández

Estoy de vacaciones adormilado en una hamaca. Bostezo y sin abrir los ojos me los restriego con fuerza, aparecen entonces en mi campo visual formas caleidoscópicas. Cuando era niño, pensaba que aquello de ver luces y patrones geométricos era algo mágico que sólo me pasaba a mí cuando me frotaba los ojos cerrados, igual que hacía Aladino con su lámpara maravillosa. Quizá por eso, aprovechaba también aquel momento especial para pedir un deseo. Mucho después supe que esa sensación visual le pasa a todo el mundo y que se denomina fosfeno.

Estoy en el extranjero y llevo varios días sin saber nada de Asturias. Al principio de mis vacaciones tengo tantas ganas de desconectar, de olvidarme del mundo, que siempre apago mi teléfono móvil y me niego a leer periódicos o a ver telediarios. Pero al cabo de unos días, empieza a picarme la curiosidad, tal como me ocurre ahora mismo que estoy buscando en Internet noticias sobre Grado. Y así me entero de que, por fin, han derribado los edificios en ruinas de la calle El Barquillo. Resultaba vergonzoso el lamentable estado de una zona que, por otra parte, era muy especial para mí pues allí jugaba de pequeño y en uno de esos edificios derribados empezamos a hacer radio de la mano de Fernando Flórez. Es una gran noticia para la fisonomía de la villa que se une además a otras recientes mejoras en el paisaje urbano local como la inauguración de dos nuevos establecimientos hosteleros o la rehabilitación del edifico de la antigua casa de postas, en la confluencia de las calles Alonso de Grado y Eduardo Sierra.

Dejo el teléfono y vuelvo a acomodarme sobre la hamaca, ¡voy a hacer mi magia!, presiono mis globos oculares y pido a mis fosfenos algunos deseos urbanísticos para la villa moscona: empezando por una circunvalación que solucione el embudo circulatorio de Las Calles Nuevas, que se salven las paneras del Bolado, la casa de Álvaro Flórez Estrada en Cimadevilla, que se restaure el entorno del Infierno, el edificio de la antigua sastrería Feito, el molino del pasaje y las galerías de los edificios cercanos, la fuente de San Pelayo y un largo etcétera.

(Publicado en La Voz del Cubia nº 33 de septiembre de 2018)

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