Grado, el descanso en el Camino
Gustavo Adolfo Fernández
Cronista Oficial de Grau/Grado
El Camino Primitivo se adentra en
el concejo de Grado por el emblemático puente de Peñaflor, que salva el
río Nalón desde el siglo XII y fue escenario de numerosas acciones bélicas
durante las guerras de Independencia y la Civil. Peñaflor ha sido siempre paso fundamental
de las vías de comunicación y quizá por ello aquí se ambienta parte del viaje de
Gil Blas de Santillana, la última gran novela picaresca escrita por el francés
Alain-René Lesage en el siglo XVIII.
Atravesando la vega del Nalón
llegarás a la capital del concejo, la villa
de Grado, cuyo casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural con
abundantes edificios de interés como la Capilla de Los Dolores, el Palacio de
Valdecarzana, la muralla medieval, varias casonas señoriales, la iglesia
parroquial, un museo etnográfico o la Casa de Los Arcos como último testigo del
vetusto modelo de vivienda de la plaza principal. Directamente relacionados con
la ruta jacobea tenemos la Fuente de Arriba de 1796 o el pétreo crucero que señala
el Camino y da nombre al barrio de La Cruz.
Si llegas a Grado la mañana de un
miércoles o domingo, podrás disfrutar de su famoso mercado tradicional que se
dispone por las principales calles y plazas. A lo largo del año se celebran
también mercados temáticos y ferias como La Flor. Prueba de su histórica
vinculación con la ruta jacobea son sus fiestas patronales en honor a Santiago.
Grado es el final de la primera
etapa del Camino y por ello en el concejo hay tres albergues municipales que se
complementan con una variada oferta hostelera y de restauración donde degustar especialidades
culinarias regionales y las específicamente locales como el queso de afuega´l
pitu, el pan de escanda o, para los más golosos, el tocinillo de cielo.
A un kilómetro de la villa está la
iglesia de Santa Eulalia de La Mata
que conserva en su interior dos columnas románicas con las imágenes de un
hombre y una mujer con sus sexos muy destacados. Pero su mayor interés quizá
radique en la leyenda del sepulcro del obispo de Santiago Ataulfo, venerado
popularmente como Santo Dolfo.
El Camino continúa ascendiendo por
el pueblo de Acebéu para llegar a otro hito en la historia jacobea, San Xuan
de Villapañada, cuyo albergue mantiene la tradición
hospitalera de estas tierras que administraron durante siglos los Caballeros de
la Orden de Malta.
Seguimos ruta hacia el Santuario de la Virgen del Freisnu, lugar
de gran devoción con novena y fiesta. En el exterior se conserva un crucero
junto al cementerio y podrás disfrutar de unas extraordinarias vistas.
La ruta jacobea por las tierras de
Grado es de apenas una docena de kilómetros, pero que condensan otros tantos siglos
de historia. Busques lo que busques en tu viaje, quizá tu paso por Grado haya
contribuido a reafirmarte en que tan importante como el destino, es el camino.
(Versión reducida final publicada el libro "Camino primitivo. Cuaderno de viaje". Editorial Pata Negra, 2022)