Admirable loco
La Mosquitera
Gustavo Adolfo Fernández
Es muy cómodo adorar a dioses todopoderosos, igual que es sencillo
admirar a infalibles héroes de novela o tebeo. También es costumbre tener cómo
ídolos a famosos inaccesibles, de los que sólo nos llegan sus ecos públicos
pero a los que jamás hemos visto en
persona. Lo realmente complicado es reconocer la valía de tu vecino, de aquella
persona que tienes tan cerca que puedes ver hasta la última de sus arrugas y el
más nimio de sus defectos.
Los Encuentros de Literatura y Artes de Grado rinden
homenaje este mes al maestro y escritor Antonio G. Areces con motivo del
aniversario de su fallecimiento, un “cabudañu cultural” que incluye la edición
de un poemario y una muestra colectiva de artistas de su generación, sin duda una
de las mejores exposiciones que se han visto nunca en la Casa de Cultura
moscona. El escultor Fernando Alba, coordinador de esta exposición y amigo
desde la juventud de Ton Areces, ha dicho que “Grado homenajea ahora al que antes llamaba loco”, por suerte ahora
son otros tiempos y también otro Grado.
Hace ya trece años, Ton estuvo en la primera edición de estos
Encuentros, participó también en aquella primera cena literaria, en la revista
literaria “Las Hojas del Foro” y en
los clubs de lectura. Ahora, el Foro de Creación y Lectura ha decidido que estas
jornadas culturales lleven el nombre de
Toni Areces.
Escritor, filósofo, ex activista político, crítico de arte,
poeta, maestro y referente para todos cuantos aman la cultura en este concejo. Esta
columna se me queda pequeña para contar todo lo que querría sobre Ton, pero
quiero finalizar recordando una anécdota personal. Al llegar a la adolescencia
mis amigos fueron poco a poco dejando de leer tebeos, pero yo seguía
disfrutando con ellos aunque me diera un poco de vergüenza. Fue entonces cuando
coincidí con Ton en una librería de Grado y descubrí que aquel señor tan culto,
aquel maestro, también leía cómics, lo que reforzó mi afición al llamado noveno
arte. Creo que nunca te conté esto en vida ni te di las gracias por ello, lamento
que mi gratitud y la de tu pueblo hayan llegado tarde.
(Publicado en La Voz del Cubia nº 30, junio de 2018)
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