jueves, 20 de febrero de 2025

Caídos en el Valle

Caídos en el Valle

Gustavo Adolfo Fernández

Estos días ha sido noticia la exhumación de Franco, pero en el Valle de los Caídos yacen aún los restos de 33.833 fallecidos durante la guerra civil, de los cuales 21.423 están identificados y 12.410 son desconocidos. En los registros del Valle de los Caídos se anotaron ingresos desde marzo de 1959 a julio de 1983, aunque casi el 100% fueron anteriores a 1971. Se trasladaron desde fosas y cementerios de todas las provincias de España salvo Orense, A Coruña y Santa Cruz de Tenerife. Según fuentes del Ministerio de Justicia, 2455 provenían de Asturias y 920 de ellos, más del 37%, procedían de Grado.

En el Archivo Histórico del Ayuntamiento se conservan varios expedientes sobre este asunto de los fallecidos durante la contienda en el frente moscón y que hasta 1959 estaban enterrados en el cementerio de la villa. El gobierno franquista había ordenado la exhumación y el traslado a Madrid de los restos no identificados, mientras que los muertos reconocidos únicamente se enviarían si mediase consentimiento expreso de la familia. Esta documentación del archivo municipal eleva a 921 la cifra de los exhumados que salieron de Grado y se depositaron el 9 de septiembre de 1959 en el Valle de los Caídos.  De estos 921, sólo 6 corresponden a fallecidos cuyos restos están “individualizados e identificados” y cuyas familias dan su autorización. Los otros 915 no están diferenciados, a pesar de que consta una relación nominal con fecha de fallecimiento. Según la documentación conservada estos “caídos de la cruzada” estaban enterrados en el cementerio municipal y “fueron identificados en su inmensa mayoría y sus restos individualizados, enterrados en sus correspondientes ataúdes y señalados con una cruz de madera; también se acompañó a cada uno de ellos un recipiente de cristal con una nota escrita –para identificación– pero en la actualidad, dado el transcurso de tiempo, resulta muy difícil la identificación” por ello se consideraron y se remitieron a Madrid “como restos individualizados pero no identificados”.

Lo que resulta extraño es que el Patronato de la Fundación del Valle de los Caídos emitiese en febrero de 1961 y enviase al Ayuntamiento de Grado certificados individuales de estos restos, que en origen y como ya hemos visto no se identificaron,  donde se especifica tanto el número de inscripción en el libro de inhumaciones  como el número de columbario, piso y cripta donde se halla depositado cada uno. 

(Publicado en La Voz del Trubia nº 47 de noviembre de 2019).


viernes, 17 de enero de 2025

Adolfo Prieto y la escuela de Sama

ADOLFO PRIETO Y LA ESCUELA DE SAMA

Gustavo Adolfo Fernández

Un impresionante busto, obra del prestigioso Víctor Hevia Granda, preside la escuela de Sama de Grado. Sobre un altísimo pedestal se nos muestra la figura muy realista de un hombre maduro, con traje y porte impecables, de sus facciones destacan una poderosa nariz y una frente prominente, sus grandes manos sujetan un documento a buen seguro de gran importancia, sin embargo, su atención y su vista se dirigen al frente, hacia el pueblo que le vio nacer. El personaje es Adolfo Prieto, otro moscón, otro asturiano que tuvo que emigrar para hacer fortuna al otro lado del océano.

Adolfo Prieto y Álvarez de las Vallinas nació el 15 de mayo de 1867 en Sama de Grado. A los 23 años dejó sus estudios de filosofía y letras en la Universidad Central de Madrid para emigrar a México, donde se convirtió en una figura clave del sector industrial desde que en 1907 se hizo cargo de la dirección de la compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey. Su influencia en este país americano fue tan importante que incluso una calle de la ciudad de Monterrey lleva su nombre. Durante su vida ocupó otros muchos cargos de relevancia, fue gerente de la Sociedad Mercantil Ibáñez y Prieto, presidente de la fábrica de Hilados y Tejidos de Lana “La Victoria”, creó empresas industriales y minerales como la compañía Manufacturera de Lana de San Luis Potosí, El Cerro del Mercado S.A., la siderurgia de Monterrey o el Banco Popular de Edificación y Ahorros también de Monterrey, además fue presidente del Casino Español y miembro del Patronato Mejicano.

Destaca también su faceta filantrópica como promotor de centros de beneficencia, hospitalarios y educativos. A él se debe la fundación de las Escuelas “Acero” que hoy llevan su nombre y destinadas a la educación de los hijos de los trabajadores de la compañía Fundidora.

Adolfo Prieto fallecía en México el 11 de enero de 1945 y ese mismo año se instalaba un busto suyo ante la fachada principal de la escuela de Sama.

Esta escuela, financiada por el propio Don Adolfo y bautizada con el nombre de “Grupo Maria Josefa” en memoria de una hija suya fallecida, es un gran edificio cuadrado en torno a un patio central. Pero cualquiera que conozca el inmueble sabe que su elemento más característico y singular son sus vistosos azulejos que combinan escenas del Quijote con refranes y dichos como “a camino largo paso corto, menos mantel y más de comer, no bebas sin ver ni firmes sin leer, a barco nuevo capitán viejo, para el caído sólo hay olvido” y tantas otras frases geniales que darían para llenar toda esta columna.

Hoy tan sólo seis niños acuden a la escuela de Sama donde ocupan como aulario una de las alas del edificio. Se acaban de finalizar las obras de adecuación de otra de las alas –la izquierda- como consultorio médico, pero aún queda por acondicionar y por utilizar gran parte de la escuela. Está previsto instalar allí un museo o exposición etnográfica permanente con las numerosas piezas que ha ido recogiendo Olvido, una vecina de la localidad, y dotar a la asociación vecinal “La Castañar” de un local para reunirse.

Desde su pedestal Don Adolfo seguirá viendo el ir y venir de sus vecinos, mirando satisfecho hacia el pueblo que le vio nacer.

(Publicado en la Nueva España el 8-2-03)

sábado, 4 de enero de 2025

Grado, el descanso en el Camino (versión corta)

Grado, el descanso en el Camino

Gustavo Adolfo Fernández

Cronista Oficial de Grau/Grado

El Camino Primitivo se adentra en el concejo de Grado por el emblemático puente de Peñaflor, que salva el río Nalón desde el siglo XII y fue escenario de numerosas acciones bélicas durante las guerras de Independencia y la Civil. Peñaflor ha sido siempre paso fundamental de las vías de comunicación y quizá por ello aquí se ambienta parte del viaje de Gil Blas de Santillana, la última gran novela picaresca escrita por el francés Alain-René Lesage en el siglo XVIII.

Atravesando la vega del Nalón llegarás a la capital del concejo, la villa de Grado, cuyo casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural con abundantes edificios de interés como la Capilla de Los Dolores, el Palacio de Valdecarzana, la muralla medieval, varias casonas señoriales, la iglesia parroquial, un museo etnográfico o la Casa de Los Arcos como último testigo del vetusto modelo de vivienda de la plaza principal. Directamente relacionados con la ruta jacobea tenemos la Fuente de Arriba de 1796 o el pétreo crucero que señala el Camino y da nombre al barrio de La Cruz.

Si llegas a Grado la mañana de un miércoles o domingo, podrás disfrutar de su famoso mercado tradicional que se dispone por las principales calles y plazas. A lo largo del año se celebran también mercados temáticos y ferias como La Flor. Prueba de su histórica vinculación con la ruta jacobea son sus fiestas patronales en honor a Santiago.

Grado es el final de la primera etapa del Camino y por ello en el concejo hay tres albergues municipales que se complementan con una variada oferta hostelera y de restauración donde degustar especialidades culinarias regionales y las específicamente locales como el queso de afuega´l pitu, el pan de escanda o, para los más golosos, el tocinillo de cielo.

A un kilómetro de la villa está la iglesia de Santa Eulalia de La Mata que conserva en su interior dos columnas románicas con las imágenes de un hombre y una mujer con sus sexos muy destacados. Pero su mayor interés quizá radique en la leyenda del sepulcro del obispo de Santiago Ataulfo, venerado popularmente como Santo Dolfo.

El Camino continúa ascendiendo por el pueblo de Acebéu para llegar a otro hito en la historia jacobea,  San Xuan de Villapañada, cuyo albergue mantiene la tradición hospitalera de estas tierras que administraron durante siglos los Caballeros de la Orden de Malta.

Seguimos ruta hacia el Santuario de la Virgen del Freisnu, lugar de gran devoción con novena y fiesta. En el exterior se conserva un crucero junto al cementerio y podrás disfrutar de unas extraordinarias vistas.

La ruta jacobea por las tierras de Grado es de apenas una docena de kilómetros, pero que condensan otros tantos siglos de historia. Busques lo que busques en tu viaje, quizá tu paso por Grado haya contribuido a reafirmarte en que tan importante como el destino, es el camino.

(Versión reducida final publicada el libro "Camino primitivo. Cuaderno de viaje". Editorial Pata Negra, 2022)

Grado, el descanso en el Camino (versión larga)

En el año 2022 Fermín Santos, de la editorial Pata Negra especializada en libros de artista que conjugan textos con grabados, me pidió colaborar con un escrito sobre el Camino de Santiago a su paso por Grau/Grado que se publicó en el libro "Camino primitivo. Cuaderno de viaje" del que se editaron 400 ejemplares numerados en lengua castellana y 100 en asturiana. Tengo dos versiones de este escrito, una más amplia e inédita, ya que luego tuve que resumirla por indicación del editor y que se convirtió en el texto definitivo que apareció en el libro. Publico ahora en este blog las dos versiones.


Grado, el descanso en el Camino

Gustavo Adolfo Fernández

Cronista Oficial de Grau/Grado

¿Qué buscas en el Camino, peregrino? Quizá el motivo de tu viaje sea religioso, o sencillamente te guste caminar por lugares plagados de historia y patrimonio. Es probable que seas un amante de la naturaleza y de estos paisajes norteños, que quieras conocer gentes y costumbres, probar nuevas gastronomías. O puede que tu viaje sea también interior y te busques a ti mismo. Sean cuales sean tus motivos, busques lo que busques, te aseguro que podrás encontrarlo a tu paso por Grado (Grau en asturiano).

El Camino Primitivo se adentra en este concejo por el emblemático puente de Peñaflor que, aunque reconstruido en varias ocasiones, salva el río Nalón desde el siglo XII. Este puente une y hermana los tres municipios de Las Regueras, Candamo y Grado, pero ha sido escenario también de numerosas acciones bélicas durante las guerras de la Independencia y la Civil. La localidad de Peñaflor es un punto fundamental del Camino y de las vías de comunicación desde época antigua. Por eso no es extraño que aquí comience su viaje y aventuras Gil Blas de Santillana, la última gran novela picaresca escrita por el francés Alain-René Lesage en el siglo XVIII. Te recomiendo que ralentices un momento tus pasos para hacer unas fotos de la blasonada Casa de la Obispalía o del conjunto singular que forman la iglesia parroquial y la vistosa agrupación de paneras en hilera que hay a su vera.

Atravesando la vega del Nalón llegarás a la capital del concejo, la villa de Grado, cuyo casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural con abundantes edificios de interés como la Capilla de Los Dolores, el Palacio Miranda-Valdecarzana (actual Casa de Cultura), la muralla medieval, varias casonas señoriales y de indianos, la iglesia parroquial dedicada a San Pedro o la Casa de Los Arcos como último testigo ya del vetusto modelo de vivienda de la plaza principal. Directamente relacionados con la ruta jacobea tenemos la Fuente de Arriba de 1796 o el pétreo crucero que señala el Camino y da nombre al barrio de La Cruz.

Te recomiendo llegar a Grado la mañana de un miércoles o domingo, para disfrutar de una de sus señas de identidad, su famoso mercado tradicional que se dispone esos dos días por las principales calles y plazas. A lo largo del año, se celebran otros mercados temáticos y ferias como La Flor o el Certamen de la Escanda. Otra prueba de la histórica vinculación del concejo con la ruta jacobea es que las fiestas patronales son en honor a Santiago.

Grado es el final de la primera etapa del Camino Primitivo y por ello la villa cuenta con un albergue municipal que ocupa un edificio singular rehabilitado, la antigua cantina del mercado de ganados. Hay también un albergue privado y varios hoteles, así como abundantes restaurantes, sidrerías y cafeterías donde degustar las especialidades culinarias regionales y las específicamente locales como el queso de afuega´l pitu, el pan de escanda o, para los más golosos, el tocinillo de cielo.

Si vas a dormir en la villa, puedes acercarte a la iglesia de Santa Eulalia de La Mata, a poco más de un kilómetro. Hay referencias históricas de este templo desde 1086 y conserva en su interior dos columnas románicas decoradas respectivamente con un hombre y una mujer, ambos con el sexo muy destacado. Pero su mayor interés quizá radique en la leyenda del sepulcro del obispo de Santiago Ataulfo, conocido y venerado popularmente como Santo Dolfo.

Tras salir de la villa, el Camino de Santiago continúa ascendiendo por el pueblo de Acebéu. Te recomiendo que tomes el desvío, bien señalizado y de menos de un kilómetro, para llegar a otro hito en la historia jacobea,  San Xuan de Villapañada. Aquí tenemos, al lado de la iglesia, otro albergue público que mantiene la tradición hospitalera de estas tierras que administraron durante siglos la Orden de Malta o de los Caballeros Hospitaleros de San Juan de Jerusalén.

Seguimos ruta hacia el Santuario de la Virgen del Freisnu, lugar de gran devoción popular con novena y fiesta. La iglesia actual custodia en su interior un buen retablo e imágenes, el edificio data del siglo XVII, aunque con múltiples remodelaciones y añadidos, hubo otra iglesia anterior del siglo IX. En el exterior del santuario podemos disfrutar de unas extraordinarias vistas y se conserva un crucero al lado del cementerio. Tomando un desvío señalizado de 1,7 kilómetros podemos llegar al tercer albergue público, el de Cabruñana, antes de salir del concejo de Grado para entrar en el de Salas.

La ruta jacobea por las tierras de Grado es de una docena de kilómetros, pero con otros tantos siglos de historia. Te deseamos que tengas buen Camino, peregrino. Busques lo que busques en tu viaje, quizá tu paso por Grado haya contribuido a reafirmarte en que tan importante como el destino, es el camino.

(Versión preliminar inédita del texto redactado para el libro "Camino primitivo. Cuaderno de viaje". Editorial Pata Negra, 2022)